¿Te has preguntado qué es el autocuidado? Todas tenemos una idea distinta sobre este tema, así que queremos compartir las reflexiones de diferentes mujeres que le han dedicado tiempo a este tema.
Reflexionar sobre el autocuidado es algo que nos da la oportunidad de explorar qué significa realmente cuidarnos en un mundo que a menudo nos empuja a priorizar la productividad sobre el bienestar personal.
Como mujeres, hemos aprendindo que autocuidado implica reconocer cuándo necesitamos descansar, cuándo es necesario establecer límites y cómo podemos nutrirnos de manera integral. Pero la reflexión debería ir un poco más allá. Estas son algunas ideas que queremos compartir contigo sobre este tema.
1. A todas se nos pasa por la cabeza que el autocuidado es clave
Pero sabemos que al pensar en él se viene la culpa, no solo por parar sino también por desconectarse. Además, es muy fácil olvidar que debemos cuidarnos. Por eso es importante conocernos y preguntarnos quiénes somos porque, “lo que uno no conoce, no lo cuida”.
2. El autocuidado no se puede meter en la rutina sin hacer cambios de fondo
Si quieres cuidarte, tus actividades de autocuidado no deberían ser una tarea más porque de esas ya tenemos demasiadas y lo último que queremos es que cuidarse resulte abrumador. Al contrario, podemos pensar en cosas como hacer trade-offs o intercambios. Y esto requiere pasar por preguntarnos: ¿Qué no voy a hacer hoy?. Así podrás cambiar una tarea por una actividad de autocuidado.
3. Es importante cumplirnos cuando se trata de cuidarnos
Esto significa muchas cosas. Entre ellas preocuparnos menos; decir “no”; priorizar los espacios de no hacer nada (literal, nada); marcar límites con amor, en especial, con las personas más cercanas; y dejar de reproducir las ideas falsas de autocuidado. El autocuidado no hace parte de la carrera de la productividad.
4. Necesitamos dejar de escuchar el “cuídate” como un regaño
Se trata de algo que nos permitirá llegar al entendimiento de que ponernos en primer lugar no es algo malo. Hay que sentirnos seguras de que necesitamos descansar y de que quemadas no podemos transformar el mundo o crear el impacto que queremos. Para y descansa. Observa la naturaleza, el descanso es parte del ciclo vital del mundo.
5. Preguntémonos: ¿Por qué nos cuesta tanto cuidarnos?
Responder a esta pregunta nos da la posibilidad de empezar a explorar de dónde viene la necesidad de seguir hasta quemarnos. El cuidado muchas veces nos fue enseñado a las mujeres como trabajo. Pero ¿quién cuida de las que cuidamos? Necesitamos dar ese primer paso nosotras mismas, pensar en colectividad y tomar decisiones políticas que pongan el cuidado antes de la productividad.